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Las astropateras

Vilaró, Emílio

«Lo común en úna migración es el abandóno del orígen querído, el calvário del viáje y la frialdád del recibimiénto.

 

Lo divérso es el médio de transpórte»

* * *

Cuando llegó la Éra de la Inversión, ése periódo en la história de la humanidád en el que: «las galáxias que tenían múcha producción, necesitában exportárla y las que lo necesitában lo tenían que traér», el probléma de la emigración aumentó de manéra exponenciál…

 

Había tántas náves dedicádas al transpórte de prodúctos éntre galáxias, que cuando se íban haciéndo viéjas, se médio arreglában y las utilizában pára enviár génte a la emigración como viáje finál de su vída comerciál.

 

A éstas náves «despreciádas», se les denominó: Las Astropatéras. Fué el início del negócio del tráfico de humános en condiciónes imposíbles de imaginár a escála universál.

 

O séa: lo de siémpre. Únos séres tratándo de huír de la miséria y ótros aprovechándose y enriqueciéndose con élla.

* * *

 

Las astropatéras salían llénas de génte que querían abandonár las penúrias. Aquí, al contrário de ótras migraciónes pasádas, los que partían lo hacían pára dar un futúro mejór a sus híjos o mejór dícho a sus niétos o bizniétos, lo cual éra lo mísmo que ántes, péro aquí, así éra en realidád. Éllos (los pádres) cási núnca íban a llegár al sítio de destíno. La méta finál estába muy léjos.

 

Partír sólos, pára que los híjos o niétos nacídos duránte el viáje, encontrásen un futúro mejór, paréce cósa de ciéncia ficción, péro éra así. Se marchában sabiéndo que no íban a llegár. Se imagínan ustédes al famóso Señór Colón diciéndo a su tripulación que llegarían a Las Índias ¡los niétos… de los que iniciában el viáje! Podría habér sído así, si éste múndo hubiése sído más gránde.

 

Buéno, tódo hay que decírlo, algúnos lo hacían pórque huían: de paréja, de déudas o de la justícia. Allí, nádie les buscaría.

 

Las astropatéras éran cáda vez más miserábles, se había pasádo de enviár éstas náves con póca génte, pagándo súmas razonábles, en náves bién acondicionádas, con un destíno precíso, horário asegurádo, con pilóto, a cási ser arrojárlas como bálas al azár.

 

El negócio se convirtió en úno de los más lucratívos del univérso.

 

Al finál, las Astropatéras éran símples proyectíles que se enviában replétos de génte apuntándo al planéta destíno, sin pilóto, ni médio pára aterrizár. En la mayoría de los cásos sin suficiénte comída ni combustíble pára llegár.

 

Las tirában apuntándo al distánte planéta de recepción «al sítio donde ése múndo en cién o dosciéntos áños estaría». Sin sabér… cuando llegásen, quién y cómo los haría aterrizár. ¿Aprenderían los niétos a tripulár la náve?

 

Prometían los mercadéres que como cási siémpre pasába, el Gobiérno del Réino·Universál (R·U), al ver que úna náve se íba a estrellár, la salvaría y pondría el pasáje a sálvo en tiérra. Las náves éran fáciles de detectár y se sabía cuando tenían problémas

 

Está ayúda, le costó al R·U múchas críticas. Se decía que aumentába el efécto llamáda y que hubiésen más de éstas patéras. Ésto dába arguméntos a los traficántes, al podér decír, que en cáso de problémas, el Réino·Universál los salvaría.

 

Los traficántes vénden cualquiér cósa, sin embárgo los cliéntes núnca podrán reclamár. Ni éllos ni los que se lo vendiéron, al llegár ya no existirán.

* * *

 

¿Has oído la notícia?

 

Sí, últimamente se está repitiéndo con múcha frecuéncia.

 

En un mes han llegádo tres náves. Úna se fundió en la atmósfera, ótra se estrelló al aterrizár, sólo han sobrevivído dos persónas. La última, con más de 70 000 pasajéros que embarcáron, sólo han llegádo tresciéntos vívos.

 

A pesár de tódo, las notícias de éste típo no parában el deséo de emigrár.

 

Úna de éstas náves falló el blánco. Pasó de lárgo el planéta prevísto y se metió en el Império de los Agujéros Négros. Éstos comprendiéndo que no éra úna invasión síno un accidénte, devolvió la náve, desgraciádamente ya no había nádie vívo.

* * *

 

 

 

Entretánto, los diferéntes gobiérnos y principálmente el R·U habían lográdo atrapár úna enórme cantidád de traficántes de vídas humánas. Su número había seguído creciéndo debído al inménso benefício que éste negócio proporcionába. Ocurrió que un día desapareciéron la mayoría de los más importántes traficántes de tódas las cárceles en donde estában retenídos. Se les buscó hásta bájo tiérra péro allí no estában. ¿Habían, tal vez, lográdo escapár grácias a su enórme podér y dinéro?

* * *

 

Áños después, se súpo, «al ver algúnas náves que se destrozában por el camíno, tenían averías, o que algún asteoríto las había perforádo, o que símplemente llegában a su destíno», llevában acopláda ótra pequéña náve prisión conteniéndo algúnos de los traficántes (los grándes beneficiários de éste negócio). Así su vída: como la de los emigrántes, dependía y estába ligáda a si la náve llegába a buén puérto». La fórma de ésta náve prisión indicába cláramente su propósito.

 

Fótos de éstas náves tomádas por ótras con las que se cruzában y publicádas en tódo el Univérso, informában muy bién a los que se dedicában a éste negócio: como podían acabár.

 

 

Al enterárse tódos los traficántes de ésto, éste comércio se redújo muchísimo, el mensáje enviádo éra muy cláro: Tódas las pártes del negócio estarían en el mísmo bóte, pára bién o pára mal.

 

El R·U negó siémpre que hubiése sído su idéa… péro pócos lo dúdan. Sólo el Réino·Universál tenía la posibilidád de hacérlo. No es fácil atár úna pequéña náve-cárcel a la cóla de la astropatéra, como si de su mascóta se tratára.

 

Como con la muérte de únos pócos, se salvó la vída de múchos. De cuando en cuando, no está mal enviár mensájes y avísos cláros a los «núnca, mejór dícho, navegántes», la cósa se le perdonó y olvidó prónto.

 

¿Por qué el R·U es tan apreciádo?

* * *

 

 

La solución pára el probléma de los traficántes aportáda por los humános

 

La náve Y-3476-ZU, fué lanzáda con míles de emigrántes hácia un planéta en la remóta estrélla de Zilón.

 

Jústo ántes de su lanzamiénto, un hómbre y úna mujér fuéron introducídos a la fuérza en el Nivél Úno de la náve. Y sin ningúna explicación la náve partió.

 

Vários testígos que los viéron entrár, comentáron que éran los propietários y responsábles de la preparación de ésa náve, y que según éllos (los propietários) habían decidído partír con élla pára asegurár el buén fin del viáje, ya que éran éllos, los únicos que la conocían a la perfección. Éso extrañó a los que lo escucháron, péro después del sucéso, no se súpo náda más.

 

Málas lénguas asegúran que fué el R·U el que los metió allí, pára tranquilizár a los pasajéros de que el viáje saldría bién. Como ésos personájes reálmente conocían muy bién la náve, éra úna manéra de asegurár el felíz finál del viáje… Séa quien séa el que los púso allí, no contó con la caláña, conocimiéntos y plánes de ésos dos forzádos viajéros.

* * *

 

Sin ningúna relación a éste hécho. En el moménto de comenzár el viáje, úno de los pasajéros inició un diário que duraría ciéntos de áños. Sólo anotába los héchos más relevántes del viáje.  Úno de éstos héchos «sobresaliéntes» con los que inició su escríto, fué precísamente ésta notícia que fué bajándo de nivél en nivél hásta el quínto y último «píso», en donde se encontrába nuéstro autór. Se comentába que los responsábles de la preparación, vénta de plázas y distribución de tóda la inménsa náve se habían presentádo en el último moménto pára acompañárles y así tranquilizár a los emigrántes, asegurándoles un felíz viáje.

 

El Nivél Cínco, éra donde se alojában la mayoría de los pasajéros. Habían pagádo múcho ménos que los nivéles superióres, por tánto éran los peór tratádos. El escritór del diário, había conocído a los supuéstos responsábles de ésa astropatéra, cúya personalidád se confirmó póco a póco al oír la descripción que de éllos íba subiéndo y bajándo por los diferéntes nivéles.

 

Múchos comentáron que los cérdos, «así llamában a los traficántes», ya que el tráto a tódos los del Nivél Cínco había sído inhumáno, les habían confiscádo tódo lo que tenían ántes de partír. Conociéndolos, los migrántes no podían creér que hubiésen subído voluntáriamente a la náve. ¡Y qué razón tenían!

* * *

 

Tódo funcionó bastánte bién los priméros áños, sálvo los típicos motínes que ocurrían cáda pócos méses exigiéndo volvér al planéta de orígen, o podér subír a nivéles superióres donde no se estába tan apretádo o lás típicas quéjas de la temperatúra en la náve… que si hacía múcho frío o múcho calór.

 

Tódo cambió cuando un pequéño asteróide atravesó la náve y destrozó los generadóres de energía eléctrica. Sólo se podían usár las unidádes de emergéncia. Éstas no podían dar lo necesário pára tóda la náve… y al tercér día, la luz desapareció cási totálmente en los últimos cuátro nivéles inferióres de la náve, péro no del priméro.

 

Así, el terrór comenzó.

 

Los del primér nivél bloqueáron el accéso a su plánta y tódos los sistémas de iluminación, refrigeración y conservación de aliméntos dejáron de funcionár en la mayór párte de la náve, si bién no en la «priméra cláse».

* * *

 

Las mános de los dos cérdos en el primér nivél, los que los apoyáron incondicionálmente y los que no dijéron náda, ya que sería su única manéra de sobrevivír, inició la travesía de la pesadílla.

* * *

 

Úno de los sucésos que el autór anóta con horrór, es el procéso de alimentárse con la cárne de los compañéros de viáje cuando los aliméntos se acabáron. La explicación pormenorizáda de, cómo se íba realizándo el procéso de selección, la degradación de la moralidád, y luégo las guérras éntre los diferéntes nivéles de la náve pára lográr alimentárse, háce que su autór ruége, implóre, espére y pída a su descendéncia que vénguen a los míles de muértos de aquél tan cruél viáje.

 

   En tódo el diário sólo fálta úna hója. Está arrancáda. Múchas páginas después, explíca el autór que la rasgó, al leérla úna vez más. En élla se anotába con horrór, la descripción de lo que se hacía con los níños recién nacídos.

 

Nuéstro personáje logró sobrevivír al Nivél 5. Tenía grándes conocimiéntos del funcionamiénto de ésas náves espaciáles. Él había ayudádo a construír y acondicionárlas duránte múchos áños. Éra donde había conocído al traficánte. Por ésta razón técnica éra requerído en el Nivél Úno cuando tenían problémas. Él ayudába, a cámbio de que: enviásen álgo de aliméntos, água, y de cuando en cuando luz, de la que los nivéles inferióres cási no tenían.

 

Su trabájo y el de sus descendiéntes duránte ése lárgo viáje, consistió en hacér las reparaciónes de la náve en cualquiér nivél. Así fué testígo de tódo lo que ocurría y trasmisór de notícias por tóda la náve. Su trabájo siémpre fué respetádo en tódos los nivéles, ya que en múchas ocasiónes logró ayudár en los cásos más gráves.

 

Con horrór, anóta ótro de sus descendiéntes, continuadór del diário, que pára él, y los demás, ahóra el comér cárne humána éra úna cósa agradáble y aceptáda hásta por los del Nivél Úno. El tenér que comérse a los compañéros de viáje podía ser cruél, péro necesário.

* * *

 

De su llegáda a Zilón, quéda registrádo en el diário, que de cérca de los 50 000 pasajéros que saliéron en la náve, llegáron sólo únos 120, en su mayoría del Nivél Úno. Ésta había sído encontráda paráda cérca de ése planéta, y totálmente a oscúras. En priméra cláse tódo aliménto también se había acabádo.

* * *

 

En las hójas fináles del diário, négro sóbre blánco, quédaba reflejádo la repulsión que los pobladóres de ése planéta de acojída les demuestrán, al sabér lo que comían y el ásco al oír tódo el tétrico sistéma pára obtenérlo en la náve.

 

El procéso pára habituár a los navegántes llegádos, a comér ótros aliméntos no fué fácil. Algúnos fuéron encarceládos al tratár de alimentárse con los habitántes del planéta de llegáda.

 

Lo que hízo más difícil integrár a los migrántes, no fué su ráza, religión, léngua o filosofía de la vída. Es que duránte múchas generaciónes, la génte de Zilón, literálmente se apartába a su páso, sólo al pensár lo que habían comído éllos o sus antecesóres.

 

Curiósamente no les llamában caníbales síno «los que comían a oscúras», con tódo lo que ésto implicába. A pesár de los múchos áños pasádos, la integración no se lográba. La cúlpa en realidád núnca se hechó a los que habían llegádo, síno a los que tan cruélmente los habían enviádo.

 

Se hábla luégo. Ciéntos de áños después de su llegáda y de su cási totál integración a ése planéta; de la decisión tomáda por el descendiénte, poseedór del Diário, algúnos familiáres y amígos, de volvér con sus famílias al sítio de orígen.

 

La lectúra del Diário, (que éra la bíblia pára ésta família), ya que se leía religiósamente un capítulo ántes de la céna, y posterór discusión después de élla, fué la cáusa de ésta decisión.

 

Tódos los horróres descrítos en los innumerábles líbros que el diário contenía, les había llevádo al deséo de cumplír con su antepasádo.

 

Éso sí, no sin ántes habér amasádo úna inménsa fortúna que les facilitaría el estúdio, planificación y cóstos de tan lárgo viáje, y el lográr cumplír la misión cuando llegásen… sus descendiéntes, cláro.

* * *

 

El regréso

 

 

La náve éra úna inménsa bibliotéca de mápas. En la párte recreatíva, líbros del típo: Crímen y castígo, La moralidád de podér castigár, La Vengánza de Don Méndo, El Cónde de Montecrísto, El Padríno, Amistádes peligrósas, Móby Dick, Los castígos del infiérno o, Qué dúlce es la vengánza.

 

Por ótra párte, úna colección inménsa de líbros de cocína, sóbre cómo cocinár cárne, ni un líbro sóbre el pescádo.

 

La náve éra un cúmulo de genialidádes técnicas, preparáda con las últimas tecnologías de producción y ahórro de energía. Su autonomía estába garantizáda en 300 áños, sin tenér que parár pára repostár o conseguír aliméntos. Totálmente opuésta a la que realizáron el viáje sus antepasádos. Aquí el lújo y la comodidád éra lo priméro.

 

La náve éra enórme. Considerándo que sólo únas decénas partirían y que, como máximo (al reproducírse), llegarían únos pócos centenáres, sobrába de tódo. Las comodidádes éran de palácio, tódo perfécto, elegánte y mesurádo. Lo único que desentonába por su exagerádo tamáño éra la bibliotéca, los enórmes hórnos de sus cocínas y los cámpos de cultívos de vegetáles fréscos.

* * *

 

Múchos áños después, ya llegádos al planéta orígen: cuando en las notícias dában información de horríbles muértes en el espácio, relacionádas con las astropatéras. En cualquiér pláza, al amanecér siémpre aparecían únos asádos, sémi comídos, de únos cuantos séres humános, acompañádos de sálsas, frútas y verdúras que no se prodúcen en el planéta.

 

¿Ótro avíso pára traficántes?

 

* * *

Nóta del Autór:

Ésta óbra está tildáda, o séa: las palábras llévan la tílde (´), en el sítio donde está el acénto.

Después de míles de lectúras de óbras así escrítas, podémos asegurár, que su lectúra, (sálvo las priméras páginas), es la normál, y al leér así, no hay ningúna diferéncia de pronunciación a la habituál.