En los eclécticos universos de estos trece relatos conviven la amistad, la exploración de la sexualidad, los rituales de paso típicos de la adolescencia, al igual que experiencias propias de la adultez como la maternidad y las crisis maritales, los vínculos afectivos con otras especies y hasta con seres mitológicos o sin agencia humana. Sin embargo, lo que sincronizará la respiración de los lectores con la de estos personajes, arrastrados casi siempre a la redención o la catástrofe, no será la experiencia de lo real sino el pálpito de una cotidianidad enrarecida.
Así es como este libro nos agarra de la mano para llevarnos hasta el paraje más vacilante de nuestras mentes y abandonarnos allí, tras apagar la luz, para que emprendamos el camino de vuelta solos y a oscuras.